Estamos ya en la mitad del tiempo de Cuaresma y la parábola de hoy viene a decirnos una palabra clave: Volver.
Volver la cara a Dios
Volver la cara a lo que ocurre, a los acontecimientos diarios y sociales, a la situación de los demás,…
Volver a nosotros mismos/as. A mirarnos dentro con sinceridad.
¡Y es que muchas veces miramos para otro lado!
Volver es convertirse. Cambiar de mirada y cambiar de dirección.
La parábola es una llamada a volver a Dios. Volver a casa.
-Porque (o bien) estamos lejos dilapidando los recursos que tenemos, las cualidades que se nos han dado, la “herencia” que recibimos. Estamos lejos “cuidando cerdos” como el hijo menor. Y dice el evangelio que aquí: “nadie le daba nada”
-O (o bien) estamos lejos como el hermano-hijo mayor.
Lejos porque sólo sabemos cumplir mandamientos y normas pero no sabemos amar. No acogemos ni perdonamos. Cumplidores (para ganar méritos) y despreciando, rechazando y condenando a quien no cumple. No alegrándose del bien ajeno
Y no nos alegramos del “hermano que estaba muerto y ha revivido”.
Es la parábola del Padre bueno
Jesús hoy nos quiere contar como es Dios.
(Que da la herencia, la hacienda…)
Un Dios cuyo amor rompe todos los esquemas. Un amor desconcertante.
Lo vio de lejos, se conmovió, salió corriendo, le abrazó (se le echó al cuello), y lo cubrió de besos. (Aquí se le da todo)
Y prepara un banquete de fiesta.
Un Dios que sale e intenta convencer a su hijo mayor de que entre a la fiesta. Y que ante el duro reproche del hijo: le contesta con cariño: Hijo mío… Si tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo.
Así es Dios, dice Jesús.
Dios de amor o Amor de Dios
Como un padre, como una madre.
Abbá- le llamará Jesús
Si vosotros que sois malos, dais cosas buenas a vuestros hijos, cuanto más vuestro padre del cielo dará….
Y cuando contaba estas cosas dice el evangelista Lucas que “Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban.
-Unos, sorprendidos e ilusionados (los pobres, los enfermos, los excluidos, las mujeres,….), le escuchan atentos y se alegraban
-Otros, escépticos y escandalizados (los cumplidores, los entendidos en leyes….), que murmuran, y dicen esto es insoportable.
Me he emocionado al leer de nuevo esta parábola…
Y pensaba que hoy podemos repetir en nuestro interior, en nuestra oración…la frase del hijo menor:
Volveré a donde está mi padre y le diré….
Y se puso en camino.
(TODOS en hoja):
Cada mañana sales al balcón
y oteas el horizonte
por ver si vuelvo.
Cada mañana bajas saltando las escaleras
y echas a correr por el campo
cuando me adivinas a lo lejos.
Cada mañana me cortas la palabra,
te abalanzas sobre mí
y me rodeas con un abrazo redondo
el cuerpo entero.
Cada mañana contratas la banda de músicos
y organizas una fiesta por mí
por el ancho mundo.
Cada mañana me dices al oído
con voz de primavera:
hoy puedes empezar de nuevo.
(Floren Ulibarri)
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