Diálogos desde Evang. 3ºAdv. 15Dic24

  • 15 de Diciembre de 2024
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Desde el primer domingo de este tiempo de Adviento venimos repitiendo-nos eso de vivir atentos, despiertos. Estar –decíamos- con una mirada alerta, de ojos abiertos ante la realidad que pisamos (tanto personal, como relacional, social,…).
Y, atentos al objetivo, al horizonte al que queremos llegar.
Y lo venimos expresando con cantos de espera y esperanza

Y esto está bien, porque solo desde esta actitud (atenta, vigilante, deseosa…expectante) surgen las preguntas.
“La gente estaba –dice el evangelio- expectante y andaban preguntándose…”

Y, por otro lado: cuando nos preguntan: “¿Que tal todo?” y contestamos: “Bien, bien. Todo bien”. Sabemos que no es así. Que hay cosas que no están bien, que incluso van mal. Pero lo decimos porque anhelamos que vayan bien.

De todo ello, surge la pregunta de hoy: “Y nosotros qué debemos hacer?
(Silencio)

(Pues) Hoy es (como dice el cartel) OPORTUNIDAD.
Oportunidad para encontrar-se

Es lo que les ocurrió a los que, en aquel tiempo, estaban alrededor de Juan.
No se preguntaban lo que hay que pensar, si siquiera lo que hay que creer. Son gente que quieren enfrentarse a su propia vida.
Y le dicen: ¿Y nosotros qué debemos hacer?.

Y Juan responde:
Practicar la justicia y la misericordia.
Les habla de los pecados contra los demás (la extorsión, el abuso, la violencia, la violación de derechos, el acumular, la corrupción, la mentira y las denuncias falsa, etc…).
Nos suenan estos pecados, hoy también .¿verdad?

Y, por otro lado, no pretende que se retiren del mundo. No les invita a dejar todo y a irse al desierto, sino que cada uno permanezca en su puesto, en su lugar. Y que continúe haciendo lo que hace, pero de otra manera.
Es decir, (por decirlo de una manera simple) debemos hacer lo que hacemos, estar donde estamos pero ¡bien!

Que «Lo más importante en la vida es que lo más importante sea lo más importante» (Victor Kupers)

A Dios se le acoge en la vida normal. No a través de cosas excepcionales. Más que los gestos extraordinarios, cuenta la fidelidad en lo cotidiano.

Además el “hacer” tiene su importancia con relación a una búsqueda de Dios. Ya que no cualquier conducta es compatible con el descubrimiento de Cristo. No es indiferente comportarse de una manera u otra.
No todo vale. Ni todo vale lo mismo. Hace falta una jerarquía de valores.

Me preguntaba yo si los cristianos hoy nos hacemos estas preguntas.
O quizás sí.
Pero ¿Estamos dispuestos a oír las respuestas?. Esas que nos hacen volver la cabeza y el corazón a la vida diaria y a la realidad sufriente.
Porque si no nos las hacemos y no volvemos la cabeza y el corazón hacia ahí, no podremos ver por dónde viene y llega Dios.


  • Diálogos desde el Evangelio / Ebanjelio-Elkarrizketak
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