“Abriendo espacios de esperanza” fue el lema elegido este año para la celebración de acción de gracias y fin de curso BerriOna.
Celebración que tuvo lugar dentro de la iglesia (ya que este año la lluvia nos impidió celebrarla fuera, en la calle), el domingo 11 junio.
Una eucaristía sencilla pero viva y compartida.
Y para caer en la cuenta de que, aunque la situación de nuestro mundo hoy nos provoca muchas veces sentimientos de impotencia y desesperanza.
Necesitamos cultivar la esperanza de que sí son posibles los cambios, quizás pequeños pero reales.
Podemos cooperar en abrir grietas en los muros de nuestro mundo, de nuestra iglesia y en ellas sembrar vida nueva
Como dice el papa Francisco, que “no nos dejemos robar la esperanza”.
Esto lo expresamos simbólicamente con unas cajas donde, después de hablar y compartir en grupos de cuatro, escribimos situaciones, nombres, hechos, sueños… que abren espacios de esperanza. Y donde nosotros mismos/mismas empujamos o hemos empujado para que puedan ser.
Y rezando, después, juntos con este texto, así:
“Siempre hay caminos nuevos para la esperanza. Para mantener la ilusión y la fe. Para construir la justicia y la paz. Para proclamar a Dios. Para anunciar un mundo bueno, una tierra nueva en la que todos tenemos un lugar, un sentido, una misión. Y esos caminos se construyen y se preparan, se pelean y se encuentran, se abren y se recorren. Siempre nuevos, siempre eternos”.
La coincidencia de fechas señaló este domingo como el Corpus Christi y la jornada-campaña de Caritas. Donde el pan partido expresó generosidad y el pan compartido solidaridad.
Al terminar tuvimos un agradable y sin prisas momento para tomar unos pintxos de tortilla y…
Pero sobre todo para crear grupo y comunidad.