Diálogos. Desde Evang 13 marzo22
- 13 de Marzo de 2022
Hay una palabra en el texto que destaca por encima de todas. Que hace enmudecer a las demás (“Ellos se callaron” y “no dijeron nada”).
“¡Escuchadle!, ¡Escuchadlo!”
Según el evangelista es Dios mismo el que la dice. (Como lo mismo había dicho en el Bautismo de Jesús en el Jordán)
Que él (Jesús) sea vuestro punto de referencia. –parece decirnos Dios.
Que él sea vuestro ejemplo de vida a seguir.
Él abrirá vuestros ojos para ver la realidad, a los demás, a Dios con una mirada nueva.
Por encima de gente tan importante como Moisés y Elías.
En Jesús hay una palabra nueva, inaudita, distinta… (=La palabra de Dios).
¡Escuchadle!
Jesús, por un lado, nos abre en profundidad la perspectiva, el horizonte, el misterio de la vida. Ensancha nuestro vivir (y nuestro morir) ofreciéndonos un horizonte de luz, de plenitud, de eternidad, de Resurrección. (Con razón dice el evangelista que “ellos pudieron ver la gloria”).
Y por otro nos enseña a pisar esta tierra, a vivir esta vida como él la vivió.
Y, mientras los discípulos, y nosotros con ellos, preocupados de construir una casa a Dios (“qué bien estamos aquí. Vamos a hacer tres tiendas….”), cuando, por el contrario Dios ha bajado a la tierra precisamente para habitar en la casa de los hombres.
¡Escuchadlo!
Dios deja sus palabras en el mundo, en la vida diaria, en el susurro cercano y en el grito desgarrado.
Pero hay que escucharlo. Es nuestra tarea y nuestro compromiso si queremos vivir como hijos de Dios y como hermanos de los demás.
-En el grito y en esos rostros desfigurados por el miedo y el dolor de los que huyen de la guerra.
-En el comentario de la gente sencilla y trabajadora contando cómo, muchas veces, no llega a final de mes.
-En el extranjero-inmigrante que habla y no se siente escuchado
-En…
........
Porque nuestros proyectos
se desmoronan y fracasan
y el éxito no nos llena como ansiamos.
Porque el amor más grande
deja huecos de soledad,
porque nuestras miradas no rompen barreras,
porque queriendo amar nos herimos.
Porque chocamos continuamente
con nuestra fragilidad,
porque nuestras utopías son de cartón
y nuestros sueños se evaporan al despertar.
Porque nuestra salud descubre
mentiras de omnipotencia
y la muerte es una pregunta que no sabemos responder.
Porque el dolor es un amargo compañero
y la tristeza una sombra en la oscuridad.
Porque esta sed no encuentra fuente
y nos engañamos con tragos de sal.
Al fin, en la raíz, en lo hondo, sólo quedas Tú.
“El Hijo amado, el predilecto”
Queremos escucharte.
Seguir tus pasos, como aquel día
lo hicieron Pedro, Santiago y Juan.
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Cada jueves (19,30h) y cada sábado (19,00h) en el centro BerriOna tenemos un encuentro con La Palabra. Para conocer, gustar, compartir y vivir el evangelio de Jesús. Es un espacio abierto. Para que vengas en jueves o en sábado. El día que mejor te venga. ¡Merece la pena!. Anímate.
Aquí te dejo (en Ver Adjuntos) la hoja y la canción de esta semana.